El ciclista vasco Javier Otxoa, oro en la contrarreloj individual

Javier Otxoa conserva la pedalada de su paso por el pelotón profesional. Cuando vestía los colores verdes de Kelme y ganó la etapa de Hautacam, en el Tour de 2000. Ayer, en los Juegos Paralímpicos de Pekín, volvió por sus fueros. A casi 40 kilómetros a la hora, el ciclista vizcaíno 'voló' en el circuito de las Tumbas Ming, y se colgó su primer oro en la contrarreloj individual.
El ciclista vasco, de 34 años, con un tiempo de 37:27 aventajó en casi doce segundos al inglés Kenny Darren, ganador en la pista de Laoshan y el hombre que le dobló y provocó su descalificación en persecución individual. Tercero, a 1:19 minutos, entró el surcoreano Jun Yong-Sik.
El sofocante calor que hacía en Thangping favoreció al vizcaíno, que tiene dañado el cerebro después de ser arrollado por un automóvil en 2001. «He tenido muy buena suerte con el tiempo, porque este circuito mojado es muy peligroso. Tiene varias curvas cerradas antes de entrar en meta», explicaba el corredor de Berango, que cimentó su victoria en su incuestionable técnica, herencia de su pasado profesional, y a una buena lectura del ritmo de carrera en un circuito sinuoso, con importantes repechos que obligaban a dosificar el esfuerzo. «Tiene un fuerte repecho que me ha obligado a sufrir sobre la bicicleta. Al final, he ganado. El esfuerzo ha valido la pena», aseguraba. Había demostrado que en su categoría y en carretera es el mejor del mundo.