El Metro se plantea pasar de largo o cerrar las estaciones conflictivas de madrugada


«Oé, oé, oé, oé...». Son las cuatro de la madrugada, tránsito del sábado al domingo, y el metro suena a alborozo. Mientras esperan al convoy con destino al jolgorio, las cuadrillas entonan cánticos más propios de las gradas futboleras, pero no hay ninguna victoria deportiva que celebrar. Cantan a la noche, a la cita semanal con el descontrol. Los bares del Casco Viejo de Bilbao han cerrado, así que van a seguir la ronda por Barakaldo, o por Deusto, aprovechando que están en fiestas. Las cuadrillas se animan y continúan el coro: «... Oé, oé, hemos venido a emborracharnos, el resultado nos da igual».

Lamentablemente, a menudo cumplen la estrofa. Aún está en las retinas la estación de Algorta arrasada tras una reyerta y los empleados se confiesan «hastiados» de denunciar las amenazas, insultos y vejaciones que sufren durante el turno de noche. Por ello, Metro Bilbao decidió tomar cartas en el asunto y evolucionar el operativo de seguridad y los recursos de apoyo a los trabajadores. Una pieza clave en el proceso fue la incorporación a la sede central del metro de un agente de la Ertzaintza experto en prevención de conflictos. Él explica a EL CORREO que su trabajo diario consiste en «controlar y evaluar los incidentes que se han producido a lo largo de la semana y planificar los efectivos necesarios para la siguiente».

Estudia cuántos casos se han registrado -la media son 20 ó 25 por semana-, la gravedad del incidente, dónde ha ocurrido y a qué hora. «Con esos datos, elaboramos un mapa de incidentalidad», la herramienta básica en esta fase de prevención, ya que indica cuáles son las estaciones más conflictivas y cuándo desplegar en ellas más efectivos. «Las más problemáticas son Casco Viejo, Barakaldo, Berango y Bolueta, y las horas conflictivas coinciden con el horario de cierre de los locales». Los brotes de incidentes han llevado a Metro Bilbao a plantearse medidas drásticas. «Barajamos la posibilidad de que los trenes pasen de largo en determinadas estaciones cuya curva de incidentalidad es preocupante, pero hay que estudiarlo profundamente e implicar a los ayuntamientos y a los propietarios de las salas de fiestas. Si es necesario, nos plantearemos cerrar las estaciones en las horas críticas», asegura el experto.

La labor preventiva que él diseña tiene un segundo pilar: la formación del personal del metro. «Les preparamos para saber detectar los problemas. Identificar los niveles de agresividad en la gente y saber tratarla para evitar el incidente». Cuentan con la colaboración de la asociación de ayuda a drogodependientes Gizakia, dado que el alcohol y las drogas suelen ser el origen de muchas actitudes violentas. «Los supervisores ya han completado un curso para reconocer qué signos manifiesta cada sustancia y cómo tratar a los consumidores. Ahora van a hacerlo los vigilantes». Los cursos también se apoyan en el visionado de grabaciones de las cámaras de seguridad. «El personal puede repasar cómo reaccionó en situaciones críticas y pedirnos consejo para mejorar».

Cuando llega el sábado por la noche, se despliegan todos los medios humanos y materiales disponibles. Los supervisores de Metro Bilbao están en sus puestos y más de 50 vigilantes privados se distribuyen por la red del suburbano para garantizar su seguridad. «Se les pide mucha mano izquierda con los pasajeros y, sobre todo, apoyo incondicional al personal de Metro. La orden estricta ahora mismo es proteger a los supervisores hasta el extremo». Vigilan la zona de canceladoras, los andenes y los vagones.

Micrófonos en la solapa

El último fin de semana, tuvieron que sacar del tren a un chaval por causar problemas y disolvieron un botellón en plena estación de Bolueta. Por si algo se les escapa, los monitores del centro de control reciben imágenes de más de 200 cámaras: entre 6 y 10 objetivos en cada estación y 8 en cada tren logran que apenas haya ángulos muertos. «Las imágenes se guardan como prueba para procesos judiciales y ahora los empleados están empezando a utilizar micrófonos para los casos de insultos y amenazas. Estamos regulando el sistema porque el ruido ambiente del paso de los trenes supone un problema».

Desde el exterior, la Ertzaintza y las policías locales informan al metro de trifulcas que les pueden entrar por la puerta, «y ahora intentamos implicar a un tercer agente exterior: organizadores de grandes eventos. Se trata de que nos prevengan si ha habido conflictos en sus recintos». Todo es poco con tal de prevenir, «porque cada agresión es un fracaso». A veces, no logran evitarlo. Entonces sigue la labor de este experto en resolución de conflictos. «Contactamos con la víctima y hablamos personalmente sobre sus inquietudes. Le facilitamos cualquier apoyo que necesite y le asesoramos médica y jurídicamente si quiere denunciar. Después hacemos un seguimiento continuo hasta la resolución judicial».

En Metro Bilbao son claros: «El que la hace la paga. Ahora, el 90% de los casos están en los juzgados y se están cobrando el 80% de las multas». Sin embargo, tienen en cuenta el arrepentimiento. «Hay que dar confianza. El otro día, un chaval rompió una canceladora de una patada y vino a disculparse y a pagar los daños. Se le ha permitido que lo haga a plazos». Otro ejemplo son los jóvenes de la reyerta de Algorta, castigados con trabajos en el metro. «Ya han cumplido. Colaboraron con los supervisores ayudando a chavales 'traspuestos', y estuvieron contentos. Uno de ellos preguntó cómo acceder a trabajar en el metro».

La labor parece dar frutos -los incidentes se han reducido un 15% en estos meses-, pero el equipo de seguridad mira al futuro. «Antes de abrir las nuevas estaciones, preguntaremos a la Policía de Santurtzi y a la Ertzaintza de Muskiz qué incidentes se producen en el área, dónde están las zonas de ocio y cuáles son las horas de cierre de los locales».

Charla sobre urgencias infantiles

La doctora María Victoria Alday ofrece mañana, jueves 22 de marzo, una conferencia en el Aula de Cultura de Berango. La charla versará sobre cómo tratar las urgencias infantiles en el hogar. Alday comenzará su disertación a las siete de la tarde, en el salón de actos de la Kultur Etxea de Berangoeta