Vanguardistas de la tradición

EL Olentzero va en moto con chupa de cuero negro y la sardinera vende CDs; el harrijasotzaile levanta un televisor, mientras que un pelotari de cestapunta hace sus pinitos con el golf. Los berangotarras Endika y Ander Basaguren y la bilbaina Amaia Hormaetxea presentan las ancestrales tradiciones vascas con lifting del siglo XXI. Su exposición fotográfica, XXI. Mendeko Euskaldunak Elkartea , transmite la visión actual de la cultura vasca en una gira que aspira a recorrer las Euskal Etxeak de los cinco continentes. La primera parada será en Londres en diciembre.

El trío traslada al mundo la singularidad cultural vasca, un islote en el océano de la globalización. "Tenemos la suerte de ser vascos", proclaman. El trío retrata la tradición como una imagen en movimiento que no se ha quedado congelada en el pasado. "Hemos dado un giro a nuestras tradiciones más reconocibles con mucho cariño y humor", relata Endika.

En esta reinterpretación se han unido el lenguaje visual de los dos hermanos, fotógrafos de formación, con el análisis de Amaia, psicóloga en ejercicio. El resultado es una fusión de los opuestos, del ayer y del hoy. "Tenemos una cultura muy arraigada pero hemos evolucionado y podemos competir con cualquier otro país", señala Endika.

Este artista habla por experiencia propia tras su periplo de 7 años en Madrid. "Realmente no tenemos nada que envidiar. A nivel cultural estamos a la par o a un nivel mayor", apunta. De hecho, recalca que el legado de la tradición constituye una fortaleza de la sociedad vasca: "No tenemos por qué perder nuestras costumbres, lejos de ser un peso es una riqueza".

Vanguardistas de la tradición o tradicionalistas de la modernidad, los creadores proponen una mirada inédita de nuestras costumbres. Los pastores emplean ordenadores para supervisar los rebaños y los txistularis callejean con estética punk. A este respecto, Endika destaca la cultura vasca como un caso excepcional en un mundo cada vez más homogeneizado. "Quizás el caso más similar en Occidente podría ser el de Japón por su gusto con los ritos y su modernidad", reflexiona.

En cualquier caso, los creadores han huido de la imagen tópica de postal con el sempiterno Guggenheim. "No hemos querido recurrir a los edificios fáciles que se ven siempre como el museo o el Kursaal. Nuestra arquitectura clásica también tiene mucho valor", señalan estos artistas.

Lo cierto es que no se han ido muy lejos para plasmar su postal alternativa. Las zonas rurales de Berango han sido el escenario de la mayoría de las instantáneas a excepción del parque de Etxebarria de Bilbao o del puerto de Bermeo. Los protagonistas de las imágenes tampoco son desconocidos porque han recurrido a amigos en lugar de modelos profesionales. Ellos mismos han posado en varias de las fotos caracterizados a conveniencia.

El proyecto era una vieja aspiración de los dos hermanos que ha cogido cuerpo en el último año con la incorporación de Amaia. "Lo veíamos muy complicado, pero ahora estamos con mucha ilusión", señala. La iniciativa ha tomado vuelo con el apoyo de la Diputación y del Ayuntamiento de Berango. El último paso ha sido el contacto con las Euskal Etxeak a través del e-mail. "Han acogido la iniciativa muy bien. Echan de menos recibir material de aquí", señala.

Todavía quedan por confirmar las fechas de siguientes encuentros en Barcelona, Boise en Estados Unidos o Uruguay. El trío ha lanzado la red a la diáspora vasca con la apertura de un perfil en Facebook. A los centros vascos les ofrecen una visión integral de la cultura vasca con trajes autóctonos y un video propio.

"Vendemos la imagen actual de Euskal Herria", señalan. La segunda parte llegará a la vuelta con el reflejo de los vascos del exterior y su tradición fusionada con las culturas de acogida.